Lejos de lo que muchos despachos aún piensan, crear una imagen de marca potente y diferenciarse de la competencia son dos prioridades para cada vez más abogados. No en vano, nos movemos en un entorno altamente competitivo, en el que los clientes tienen cientos de alternativas entre las que elegir. Que se decanten por la tuya es cuestión, en buena medida, del trabajo previo que hayas hecho con tu marca legal.
¿Por qué es tan importante la identidad de marca para un despacho?
Cuando hablamos de la identidad de marca nos estamos refiriendo a todos los elementos que la definen y que permiten que sea reconocible y diferente al resto. Quizá lo primero que se nos viene a la cabeza con esta definición son el logo y los colores de un despacho (su identidad visual), pero la identidad de marca va mucho más allá. Abarca también a la identidad verbal: la voz de la marca, el tono y las expresiones que emplea en sus comunicaciones.
De cómo proyectemos nuestra identidad de marca va a depender, entre otros factores, la imagen de marca que se forme el público de nosotros. Es el branding la disciplina encargada de que estos dos conceptos estén lo más alineados posible y no haya distorsiones entre lo que somos y lo que parecemos ser.
De esta forma, conseguimos:
- Diferenciarnos: la racionalidad ha dejado paso a la emoción a la hora de tomar decisiones de compra. Llamar la atención de los clientes mediante la marca determina la diferencia.
- Ser auténticos: las marcas únicas y coherentes con los valores que proyectan son muy difíciles de copiar, lo que las hace más memorables y duraderas.
- Segmentar: con una identidad bien definida podemos llegar a diferentes tipos de públicos, dependiendo de nuestros objetivos.
- Fidelizar: las marcas con una fuerte identidad tienden a establecer lazos con sus clientes mucho más fácilmente.
- Ganar consistencia: tener una identidad de marca clara implica disponer de una auténtica guía a la hora de tomar otras decisiones de negocio.
- Potenciar el valor de nuestra marca: si consigues que tus clientes se sientan identificados con tu marca, estos pueden llegar a convertirse en tus mejores embajadores.
¿Cómo se desarrolla la identidad de marca?
Hay ciertos aspectos que es necesario definir antes de ponernos a trabajar en la identidad de marca:
- La audiencia: hay que conocer no solo sus características, sino también sus intereses y preocupaciones.
- La proposición de valor: ¿qué hace que tu despacho sea diferente al resto?
- La misión: ¿cuál es el objetivo que persigue tu despacho?
- La personalidad: como si de una persona se tratara, dota a tu marca de los atributos que mejor la definan.
- El análisis DAFO: conocer cuáles son actualmente las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del negocio es clave para comenzar.
Una vez que tenemos claros todos estos conceptos, es el momento de integrar la parte visual de la marca con la verbal, haciendo que imagen y lenguaje vayan de la mano en la consecución de unos únicos objetivos. Durante el largo camino que supone la construcción e implementación de la identidad de marca, existe el riesgo de cometer muchos errores. Si quieres evitarlos, lo mejor es que dejes el asunto en manos de profesionales, como los que formamos parte del equipo de Social Lex. ¡Puedes contar con nosotros!