Posiblemente creas que tu despacho de abogados se ve igual que los demás
Tu logo parece sacado de una plantilla genérica y tu web es un cóctel de tópicos legales “tus asuntos en las mejores manos” porque "defendemos tus derechos con compromiso y rigor" y es que "más de cien mil años de experiencia nos avalan" con “un equipo multidisciplinar”
Los clientes no eligen a las mejores manos. No eligen al mejor abogado, ni al más comprometido, ni al más experimentado o al más multidisciplinar.
Eligen al que mejor transmite la utilidad para solucionar el problema que tienen.
PEl Branding Jurídico no es solo diseño. Es percepción.
El mercado legal está saturado. Hay miles de abogados ofreciendo los mismos servicios, pero muy pocos destacan. Y muchos no se dan cuenta de que tienen un problema de marca hasta que ven que los clientes no llegan, o llegan solamente los que van buscando "lo más barato".
Llegarán clientes dispuestos a pagar lo que realmente vales cuando tu despacho transmita autoridad y utilidad en la solución del problema que desvela a ese cliente.
Si no, seguirás sin destacar en un mercado saturado. Serás uno más, y por tanto, uno menos.
¿Pero de qué va exactamente esto del branding?
Mira, esto no va de preguntarle a tu pareja “qué color te pega” o pedir a tu prima que te deje un reseña en google.
Va de vincular tu marca a la tranquilidad que busca un cliente cuando cuente su problema.
Va de transformar mensajes que “no dicen nada” en señas de identidad.
Va de que cuando un cliente vea los atributos que transmite tu marca, se diga a sí mismo en su conversación mental que por fin ha encontrado algo que le encaja.
Va de utilizar bien las historias para marcar la diferencia entre marcas blancas relacionadas con bajos precios y una imagen de marca potente, relacionada con tarifas altas y clientes dispuestos a confiar mucho más en ti.
Se trata por tanto de proyectar una imagen en la cabeza de tu lector. Con eso, no solo destacarás con relación a tu competencia, es que conseguirás una marca genuina, personal, potente y auténtica.
Y esto llega cuando haces lo necesario en conseguir, entre otras cosas:
Una identidad visual en conjunto que transmita confianza y solvencia a través de un logo, una tipografía y unos materiales con una estética irresistible que el cliente quiera llevarse consigo.
Una narrativa de marca que transmita los beneficios que conseguirá contigo con mensajes claros y que no distraigan o despisten al cliente.
Una presencia digital con un diseño web y con perfiles de redes sociales que aumenten tu visibilidad para convertir visitas en leads.
¿Cuál es el coste de NO trabajar el branding de tu despacho?
- Seguir perdiendo oportunidades de negocio.
- Atraer clientes que solo buscan precios bajos.
- No diferenciarte y convertirte en "uno más".
- Generar desconfianza.
- Perder posicionamiento frente a la competencia.
- Limitar tu rentabilidad y capacidad de crecimiento.
El branding jurídico no es un lujo. Es una inversión que transforma tu despacho en una marca reconocida.
¿Pero de qué va exactamente esto del branding?
Si es así escríbenos y hablamos de cómo podemos posicionarte como una firma de referencia.